Estos vuelos de tarde son agradecidos, porque aunque la noche y la mañana hayan estado frescas, como no puede ser de otra manera a estas alturas de calendario, el sol calienta a medio día y permite un vuelo más confortable, sobre todo en lo que se refiere a las manos. Si además el viento es suave y laminar..., ¡¡ que mas se puede pedir !!
Hemos volado Ricardo, Alfonso, Juan Carlos y yo. Una hora que nos ha sabido a poco, pero el crepúsculo manda.
Los campos en estas fechas no visten sus mejores galas, en lo que a colores se refiere, pero los marrones combinados con los rojos del sol que se esconde, dan a veces bastante de sí...
Me ha gustado mucho la segunda foto, "El hombre flecha" curiosa la forma que ha adoptado su sombra y como no, la silueta del castillo de Almodóvar del Río, un regalo antes de aterrizar.
Hemos volado Ricardo, Alfonso, Juan Carlos y yo. Una hora que nos ha sabido a poco, pero el crepúsculo manda.
Los campos en estas fechas no visten sus mejores galas, en lo que a colores se refiere, pero los marrones combinados con los rojos del sol que se esconde, dan a veces bastante de sí...
Me ha gustado mucho la segunda foto, "El hombre flecha" curiosa la forma que ha adoptado su sombra y como no, la silueta del castillo de Almodóvar del Río, un regalo antes de aterrizar.